27 enero 2010

Golden Sepoy

Desde que empezó la Operación Redrado (Asociación ilícita con fines de lucro cuyos máximos exponentes conspirativos, además del EX -lero lero- presidente del BCRA, Martín Pérez Redrado, serían el Grupo Clarín el, consagrado traidor histórico, vicepresidente Julio Cobos y el bicentenario Partido Judicial, entre otros) que venía orando delante del televisor para que alguno desempolvara el video promocional con que el Golden Boy -Golden Sepoy- ofrecía sus servicios en el exterior (sobre todo en EE.UU., un país en serio).
6-7-8 lo hizo y, a pesar de que no me gusta demasiado repetir material de ese programa, con el que cuya productora ya se ahorra algunos sueldos usándolo también para hacer TV Registrada, decidí publicarlo. Por un lado, porque está todo bien con el programa. Me parece bueno y, más que eso, necesario. Quizás por ello, porque me gustaría ver dos programas en lugar de uno, y por la necesidad de trabajo que hay, es que me quejo y trato de no subirlo. Y por otro lado, porque el video lo pinta de cuerpo entero. A él y a los de su estirpe. A quienes cualquier jetón angloparlante le pinta con témpera el culo de color amarillo y ellos se creen que son de oro. Y lo repiten. Y se enorgullecen. Y pretenden ser como Warren Buffet y le copian la casa a Tinelli.
Ahora, el señor Pérez sigue jodiendo. Amenaza y luego se desdice. Trata de culpar a la periodista que publicó su intimidación. Presiona al mismo Congreso de la Nación con no presentarse ante la Comisión que trata su destitución, a menos que antes se lo restituya a su cargo. En fin. Se siente poderoso, pues tiene el respaldo del monopolio más grande y el culo cubierto por los jueces de siempre, los que, de tan acostumbrados a juzgar, han olvidado que aún deben algunas cuantas explicaciones a la sociedad, aunque más no sea, sobre el desempeño de ese sector del '76 a esta parte. ¿Por qué, si la complicidad de buena parte del Poder Judicial con la última dictadura no es novedad para nadie, nunca se ha hecho una investigación en ese sentido, ni una autocrítica siquiera?
Recomiendo que no se lo pierdan, sobre todo, a partir de los 4' 45''.


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