28 septiembre 2007

Mi perro cazó una mosca




Quería decirlo a tiempo, una vez que este diario tiene algo a favor. El título "La mezcla de éxtasis y vodka fue mortal para una chica" no es un título más. Contradice todo el run run que en el día de ayer repitieron los elegantes conductores de todos los noticieros y canales de noticias, incluyendo a los del Grupo Clarín. (¿Pierden ráting si se sacan el palo del culo?)


Está bien pasar el dato de que algunos casos puede ser peligroso consumir algunas cosas, por más que sean ilegales. Hay que salir del hipócrita lugar de fiscales de la moral que se atribuyen las empresas periodísticas y sus mejores empleados del mes, y señalar un dato que sirve, al menos para tener en cuenta la salud cardíaca antes de embicharse y embriagarse.


No es, como dijeron todos, que "el éxtasis mata", porque cualquier persona inexperimentada corre el peligro de dudar de la información "pública" que le acercan las empresas privadas, ante la contundente evidencia de miles de conocidos que consumen y no se mueren.


Como sabemos, una ley que nadie cumple pierde fuerza de tal. Así, otra posibilidad sería plantear la legalización ante la imponente cantidad de consumidores ocasionales, y ocuparse así de uno de los papeles básicos del Estado, al velar por la salud de la ciudadanía, inspeccionando la calidad del producto comercializado. De otra manera, la prohibición, es sólo un subsidio para los grupos de poder, permitiendo el giro de divisas libre de impuestos y poniendo en peligro la salud de los individuos.


Si bien es cierto que a los grupos de poder que acceden al plano Ejecutivo les conviene la financiación invisible de estas organizaciones y a la vez está mejor visto ante el "sentido común" que los dirigentes "roben pero hagan, antes de que planteen las diabólicas legalizaciones.


De una vez por todas estaría bueno que se empiece a discutir al respecto de la irresponsabilidad de los Estados que mantienen una suerte de proscripción legal de cierto porcentaje de la ciudadanía frente, ni más ni menos, a la atención sanitaria. Los que se suman a quienes ya ha desplazado, pero no constituye estadísitcas, también por pertenecer al cómodo lugar de la prohibición.


Ya había perdido las esperanzas de hablar bien alguna vez de este diario, aunque no haya hecho más que dar un dato exacto, muestra de que cuando se le escapan otros no es simple estupidez.


1 comentario:

Aguilucho dijo...

¿a cuánto el bartsimpson?