12 septiembre 2007

desaparezcamos a López, cinco...

A cinco días de que se cumpla un añito sin que se sepa una mierda de Jorge Julio López, empezamos la despedida al albañil, que declaró contra el represor asesino Miguel Etchecolatz y hoy no se puede afirmar que esté físicamente mejor que el maldito condenado.

Cinco López quedan. Uno por día.
Vayámoslo desapareciendo juntitos, un López por día, para tomar apenitas una chiquitita conciencia del papel del Estado, el pacto que se nos propone, nuestro lugar de participación en las instituciones de la democracia, y, sobre todo, nuestra responsabilidad al respecto de cierto pacto social que desaparece, como López, cada día y a nadie le quita el sueño y nadie lo siente como una derrota propia. Y, lo que es peor, la inseguridad sigue siendo la del pobre pelotudo que se punguea diez pesos.

Mañana, un López menos. En este blog y en este país.








1 comentario:

Anónimo dijo...

ANTICANCERÍGENO

Explorar bajo la piel de la memoria
limpiarnos de silencio
ejercitar pandemia de coraje
- es sabido -
provoca malestar / crea anti-cuerpos.

Sintomáticamente
se inflama alguna célula.
Degenera en pezuñas
se relame
se eriza
se masturba el tumor
dispuesto a eyacular
con su proyecto.
Induce a la erupción
se fagocita
a ese cuerpo-testigo
de la historia.
Delatora metástasis
babea
cuando asoma su blanco
en el colmillo.
Con urgencia
habrá que socorrer
a la VERDAD
por todos los reductos.
Aglutinarnos hasta abrir
la trama que supure
señales
del ausente.


© Silsh
(Silvia Spinazzola)

Por Jorge Julio López (desaparecido 30.001) Argentina - Set/2006